En estas dos sesiones, además, las mesas estaban superagresivas. Mis subidas preflop se convertían en humo ante la resubida bestial de los villanos, llegaban los botes resubidos que daba gusto, el robo de ciegas quedaba en un mero intento por sacar la cabeza para respirar. Al final no sabes si recortar los rangos o que, por que ni cambiando de mesa se arreglaba un poco la cosa.
En ambas sesiones, una vez terminadas, al comprobar manos y gráficas en Holdem Manager, me reafirmé en que las manos en las que mas había perdido, el EV estaba de mi parte. De hecho me debe como 200 ciegas el muy cabrón. Por una parte te alegra saber que no eres tu el que lo hace mal, pero por otra te jode que la suerte sea tan perra y se cebe de esa manera contigo. Por suerte, controlé bastante bien el tilt, aunque el cabreo no me lo quitaba nadie, supe controlarme y jugar según lo establecido. Al llegar a las 5 cajas de pérdida, corté automáticamente la sesión, en algunas mesas incluso sin esperar la ciega grande para levantarme.
Eso que dicen que cuando la sesión va bien hay que seguir, y que cuando va mal también, pero siempre jugando de la misma forma, me lo paso yo por el forro. Si llego a seguir 500 manos mas me tengo que pasar a NL2 al ritmo que iba el asunto. Sigo siendo de la opinión que tanto si la cosa va bien como si va mal, hay que ponerse un límite, ya sea en manos, en tiempo de juego o en cajas perdidas y respetarlo. Y así lo voy a seguir haciendo.
Ahí os dejo la maravillosa gráfica actualizada con estas dos últimas sesiones:
0 comentarios:
Publicar un comentario